De la Biblioteca Álvaro Ussía y los miedos del Ayuntamiento

Veo, veo... mamoneo aparte de ser el nombre de un disco de Rosendo es lo primero que se me viene a la cabeza cada vez que leo en los periódicos las consecuencias del brutal asesinato de Álvaro Ussía a manos de los 'gorilas' (llamarlos simplemente 'puertas' sería un eufemismo) en el Balcón de Rosales hace un par de semanas. Y es que sería raro pensar de otra manera cuando los dueños del local han estado coleccionando desde 2007 informes con irregularidades de la Policía Local como quien colecciona cromos de Panini. Todo ello con total impunidad y con el Ayuntamiento de la capital ignorando hasta cuatro recomendaciones de cierre realizadas por parte de los cuerpos de seguridad.

Bien es cierto que todo podría haber sido fruto de la casualidad. Quizás las denuncias de la Policía se traspapelaron en la mudanza del consistorio desde la Plaza de la Villa. Quizás el equipo de Gobierno del Ayuntamiento estaba entre los pocos madrileños que no sabían que El Balcón de Rosales no era un café espectáculo como decía su licencia, sino una discoteca. Sí, podría ser, a pesar de que el propio hijo del alcalde fuese un asiduo del local. No vayamos a ser torticeros y desconfiados hombre. Y, sobre todo, no vayamos a pensar que haya habido una relación directa entre que el Ayuntamiento no cerrase el local y que los dueños del mismo sean los propietarios también de Parques Reunidos, es decir, del Parque de Atracciones, la Warner, el Zoo, el Teleférico, el Aquópolis y la madre que lo parió.

Veo, veo... mamoneo. Y eso es de lo único que podemos culpar al Ayuntamiento en la muerte de Ussía, las cosas como son. De un mamoneo que, por desgracia para el consistorio, se ha destapado a raíz del asesinato de un chaval de 18 años. Pero no de un chaval cualquiera, de un joven de familia bien, español, de Pozuelo de Alarcón y que además era pariente lejano de un conocido columnista. Y digo todo esto por una cosa bien sencilla, si Álvaro Ussía hubiera sido peruano y vivido en Carabanchel el impacto hubiera sido menor. Mirad si no cuánta gente conocía el caso de Wilson Pacheco, el ecuatoriano asesinado en 2002 en el centro de ocio Maremagnum de Barcelona por otros 'gorilas' que además lanzaron su cadáver al mar. Está bien reconocerlo, no seamos cínicos.

El caso es que, con el caso Ussía destapado, el Ayuntamiento se ha ido por la pata abajo por su negligencia a la hora de cerrar El Balcón de Rosales. Entonces, para mitigar los posibles ataques de la prensa, Gallardón decide cerrar el Moma, La Riviera, Macumba y But para demostrar que el de Madrid es un consistorio eficaz y responsable. Y para ganarse el corazón de los madrileños, y el de la familia del fallecido por si acaso hay que pisar los tribunales, decide ayer que El Balcón de Rosales no volverá a ser un bar de copas sino que se convertirá en una biblioteca. La Biblioteca Municipal Álvaro Ussía para ser exactos. Una medida escandalosamente populista y que está encaminada a convertirse en una cortina de humo. Porque la muerte del joven es toda una desgracia que no hay que trivializar pero, ¿Qué ha hecho Álvaro Ussía por el mundo de la cultura para que bautice una biblioteca? Lo dicho... veo, veo... mamoneo.